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Un pueblín típico en Cotswolds

The Churchill Arms. Es uno de los pubs más famosos de Londres. Está en 119 Kensington Church Street. Los pubs del Reino Unido son famosos en todo el mundo. A éste lo distinguen los arreglos florales que lo adornan. Y los ingleses, a los que les gustan muchísimo las flores, logran embellecer con ellas hasta un local de cervezas.

El tabloide británico «The Sun» es el segundo más leído del Reino Unido. Es propiedad del empresario Lachlan Murdoch, hijo del famoso magnate Rupert Murdoch. Vende diariamente alrededor de un millón de ejemplares.

Pues bien, «The Sun» ha dado en estos días la noticia de que la Asociación de Agentes de Viaje Británicos (ABTA) ha designado a Oviedo como uno de los siete lugares que, en 2025, se pueden elegir como destinos turísticos preferentes.

La verdad es que resulta llamativo el hecho de que, tras lugares tan de primera clase, como Belize, Dinamarca, Hoikkado (Japón), Hungría, la Costa Azul y las Marcas (Italia), figure Oviedo. Realmente es como para felicitarse por ello.

Hoy, 12 de enero de 2025, fiesta del Bautismo del Señor, dos clérigos anglicanos han bendecido las aguas del Támesis.

Desde el London Bridge, en donde se dieron cita dos procesiones -una proveniente de la catedral de Southwar; otra, de la Iglesia de San Magnus the Martyr- los dos clérigos han entregado al río, al inicio de la celebración de un sencillo acto religioso, una cruz de madera.

Hoy, 11 de enero, brilla, en el cielo azul, un radiante sol de invierno. La nieve ha revestido de blanco la campiña de Kent. No se puede visitar, por cómo está el camino, el invernadero de Charles Darwin, en Down, pero sí su preciosa casa, en donde se puede ver la silla en la que, sentado, escribió su famoso libro «El origen de las especies». Y allá me fui.

Me llamó la atención, nada más entrar en la casa, el número de cuadros con motivos religiosos. En su dormitorio han colgado unas reproducciones de los grabados que les gustaban a él y a su mujer Emma. Hay uno de una «Asunta» de Tiziano, uno de una «Mater Pulchrae Dilectionis» de Rafael y uno de la «Resurrección de Lázaro» del pintor renacentista Sebastiano del Piombo.

Por lo visto, ese cuadro, el de la «Resurrección de Lázaro» (1517-1519), colgado en la National Gallerie de Londres, era uno de los que Darwin solía ir a visitar, porque le transmitía «un sentido de sublimidad».

Aunque agnóstico y tal vez antirreligioso, Darwin se conmovía ante la belleza del arte cristiano. Se consagró al estudio de la vida, de la muerte, del origen, del destino, de todas las creaturas, y es por ello por lo que no podía pasar de largo -sin detenerse a contemplarla- ante esa escena del Evangelio de san Juan en que Cristo, con su sola palabra y su amor, devolvió la vida a su amigo Lázaro.

Tras la muerte de su marido, Napoleón III (1873) y la muerte de su hijo de 23 años en la Guerra Zulú (1879), la emperatriz Eugenia de Montijo fundó, en 1881, como Mausoleo de los tres, el monasterio de San Miguel (St Michaels Abbey), en el que se estableció una comunidad de monjes benedictinos.

Aunque la emperatriz falleció en Madrid, en el Palacio de Liria, sus restos mortales, los de su marido y los de su hijo reposan en la cripta del monasterio.

Recuerdo que, en el programa de teatro “Estudio 1” de Televisión Española, Ana María Vidal, bajo la dirección de Pilar Miró, hizo el papel de la emperatriz en “María de Montijo”. Fue en el año 1970.

En este diván nació el psicoanálisis. Se encuentra en el estudio de Sigmund Freud, en el precioso sector de Hampstead, al norte de Londres, a donde se lo trajo desde Viena.

Freud se sentaba en esa silla verde que hace como de cabecero del diván para no estar frente al paciente.

Amante de la arqueología y de las flores, Freud pasó los últimos días de su vida en la bella casa londinense de la calle 20 Maresfield Gardens, que merece, sin duda, una visita.

Hoy es un museo, en el que se conservan numerosos objetos personales y familiares del padre del psicoanálisis. Aquí tuvo lugar un famoso encuentro entre Freud y Dalí.

A unos veinte minutos, yendo a pie, se encuentra la casa de John Keats, el entrañable poeta británico. Y cerca también de la de Freud, la del actor Richard Burton.

Es obra del artista Lord Frederic Leighton (léase Líton). Es personificación del verano. El título hace referencia al color flameado del ropaje, al color levemente rojo del pelo y a las mejillas sonrosadas de la belleza durmiente del cuadro.

¿Duerme?

El cuadro es del Museo de Arte de Ponce (Puerto Rico) y se muestra temporalmente en The Royal Academy of Art de Londres.