Estaba prevista para hoy la celebración de un acto en la Facultad Padre Ossó (Oviedo – Asturias) en el que se iba a poner de manifiesto la importancia del deporte de montaña y los valores educativos que éste comporta, pero, por razones imprevistas, sobrevenidas a última hora, ha habido que posponerlo. Lo organizaba la Vicaría Episcopal de Cultura y de Relaciones Institucionales de la Diócesis de Oviedo, en colaboración con la Facultad Padre Ossó y el Memorial María Luisa.
Era, en cierto modo, un homenaje a ese joven que acaba de ser canonizado por León XIV en Roma (7 de septiembre de 2025): Pier Giorgio Frassati (1901-1925), al que Karl Rahner, famoso teólogo del siglo XX, conoció y admiró.
Frassati se distinguía por su fina sensibilidad para con el deporte, la Naturaleza, el sufrimiento del prójimo, el compromiso político, el apostolado universitario y obrero, el Rosario y la presencia de Jesús en la Eucaristía. Es, por su vida y su muerte, un referente para la actual Generación Z.
Su fiesta es el 4 de julio.
La foto del cartel, tomada un mes antes de su muerte, en la montaña, fue la última que le hicieron. En ella escribió de su puño y letra «Verso l´alto» (Hacia lo alto). Así fue su vida: una ascensión hacia la cima del monte del encuentro con Dios, hacia la cruz, hacia la resurrección, hacia la Luz (Juan 8,12).
La foto de la cruz la hizo un sacerdote corredor de alta montaña, don Diego Macías, párroco de Cangas de Onís. Es la cruz de Priena, en el lugar más emblemático de Asturias: Covadonga, la Casa de la Reina de la Montaña.
