El funeral de la duquesa de Kent se celebrará en la Catedral de Westminster. Será, creo, el primer funeral católico de un miembro de la Familia Real que tenga lugar en el Reino Unido desde la Reforma.
La duquesa de Kent, o Katharine Kent como prefería que la llamaran, murió a los 92 años. Se había convertido a la fe católica en 1994, siendo el primer miembro de la realeza británica en hacerlo desde la conversión en su lecho de muerte del rey Carlos II, en 1685. Éste recibió los últimos sacramentos en el seno de la Iglesia Católica, pero tuvo un funeral anglicano, y bastante discreto, posiblemente debido a su conversión.
La conversión de la duquesa, que dejó el anglicanismo para entrar en la Iglesia Católica, se produjo en un momento de gran agitación dentro de la Comunión Anglicana. En 1992, el Sínodo General —el órgano rector de la Iglesia de Inglaterra— votó a favor de que las mujeres pudieran ser presbíteros. Esta votación, y su posterior implementación en marzo de 1994, condujo a miles de conversiones al catolicismo, incluyendo a destacados líderes anglicanos, como Graham Leonard, exobispo de Londres, quien posteriormente fue ordenado sacerdote católico y recibió el título de Monseñor Leonard.
Sin embargo, la duquesa describió su decisión como «muy relacionada con la gente que conocí», sugiriendo que no se vio envuelta en la controversia. Reflexionando sobre su razonamiento, declaró a la BBC: «Me encantan las directrices, y la Iglesia Católica te las ofrece. Siempre he deseado eso en mi vida. Me gusta saber qué se espera de mí. Me gusta que me digan: ‘¡Irás a misa el domingo y, si no, verás la que te espera'».
Katharine estuvo casada con el príncipe Eduardo, duque de Kent, que actualmente ocupa el puesto 42 en la línea de sucesión y, con 89 años, la sobrevive. En el momento de su conversión, la Ley de Establecimiento de 1701 aún prohibía que un sucesor real se casara con un católico y conservara sus derechos en la línea de sucesión al trono. Sin embargo, la ley no contemplaba el caso de que alguien se casara con un anglicano y posteriormente se convirtiera al catolicismo, lo que significa que, en teoría, la duquesa podría haberse convertido en la primera reina consorte católica desde la Reforma si el duque se hubiera convertido en rey. La Ley de Sucesión a la Corona de 2013 revocó la prohibición de que los herederos se casaran con católicos.
Su conversión dio lugar a una oleada de conversiones reales, y su hijo menor, Lord Nicholas Windsor, su nieto, Lord Downpatrick, y su nieta, Lady Marina Windsor, también se convirtieron al catolicismo.
La duquesa era conocida por su discreta dignidad y su fe personal. Se apartó de la vida pública, eligiendo un camino alejado de los focos, pero manteniendo su compromiso con el servicio público. Enseñó música en una escuela, bajo el nombre de «Sra. Kent», y fue voluntaria en The Passage, un albergue para personas sin hogar gestionado por la Diócesis de Westminster.
Su funeral se celebrará el martes 16 de septiembre a las 14:00 h (hora británica), presidido por el cardenal Vincent Nichols, pero no será televisado. De todos modos, en la catedral de Westminster se retransmiten las misas por el canal de You Tube.
Se espera que, además de su marido y sus hijos, también el rey Carlos y la reina Camila asistan al funeral.

La duquesa con el cardenal George Basil Hume