Nuestra Señora de los Buenos Libros

Todo el amparo, señora,

de mi libro en ti le libro;

pues eres libro en quien Dios

enquadernó sus prodigios.

Si al que es vida le ceñiste

en tu virgen pergamino,

ya libro eres de la vida;

vida has de ser de los libros.

El gran Autor con la pluma

del espíritu divino,

sobre tu papel intacto,

sacó su palabra en limpio

sin copia, por ser tú sola;

sin tinta, por ser arminio;

sin original obscuro,

y sin borrador delito.

Libro eres de cuenta, donde

el más estrecho juicio

siempre suma lo constante

pero nunca lo caído;

libro de memoria, siempre

para hacerme beneficio,

y en blanco, pues por ti Dios

mis culpas pone en olvido;

de Palma, o libro, tus hojas

en tu concepción las miro,

allá en tu parto azucenas

y en tu soledad cuchillos.

Tu essención es privilegio,

tu tassa precio infinito,

general tu aprobación,

gloria el fin, gracias el principio,

impresión estrellas, coma,

la luna, punto el sol mismo,

rectas líneas, blanco margen,

luces letras, cielo estilo

y al fin concepción sin mácula

es el título aplaudido

de tu libro, porque es Dios,

el concepto de tu libro.

O libro cerrado a culpas

y abierto a humanos gemidos;

borre un rasgo de tus gracias

las erratas de mis vicios.

(Romance anónimo)

Madonna del Magníficat, de Sandro Botticelli